Imágenes: Cortesía Las Angélicas Show
La señora Angélica María y su hija Angélica Vale ofrecen un espectáculo musical memorable en el Auditorio Nacional, único en su clase, con el que cautivaron a sus fans.
Con excelente hilo conductor, Las Angélicas Show es un espectáculo perfectamente diseñado para brindar entretenimiento ameno y familiar en el que se toma como excusa a la música, a través de canciones que han hecho populares estas dos grandes artistas: Angélica María y Angélica Vale, quien ahora también presenta a su hija Angélica en escena, y quien tuvo la oportunidad de recibir su patada de la buena suerte en la presentación del 24 de mayo en el Auditorio Nacional.
La temática que usaron Las Angélicas fue la de contar su historia artística y privada con divertidos diálogos, a manera de sketch que daban pie a la introducción de algún tema musical. Su característico humor dio conducción al evento como excusa perfecta para ir de un género musical a otro, generando el más variado de los conciertos en cuanto a estilos y música de época que el público tiene en su subconsciente colectivo y en las memorias de su corazón, con lo que llenaron tres horas de espectáculo continuo y vertiginoso en emociones.
El show inició con algunas canciones de los musicales y de sus primeras obras teatrales. Angélica María recordaba cuando su hija, Angélica Vale, a la edad de 2 años y medio, entre los pasillos de las butacas, cantaba y repetía los diálogos de la obra que estaba protagonizando su madre y el resto del elenco, acto que la llevó a pisar los escenarios teatrales desde muy pequeña. Así, entre anécdotas y canciones, el público fue descubriendo los inicios artísticos de ambas intérpretes mientras mostraban fotos y recuerdos de su familia y con grandes artistas nacionales e internacionales.
La multifacética Angélica Vale cantó en francés, inglés y en español y dijo: “para que veas mami, que sí valió la pena pagar la escuela”, mientras recordaban que llevaban casi 34 años de no estar juntas en escena. Pero, su espectáculo no se limitó a platicar o a cantar, sino que aprovecharon la parte audiovisual; mientras ellas hacían un cambio de vestuario, se proyectaba en pantalla un video sketch con la doña María Félix y Rocío Dúrcal, caracterizadas por supuesto por Las Angélicas.
Las risas y la diversión apenas comenzaban, pues la señora Angélica María tenía un ajuste de cuentas con el monitor (bocina de piso) que agarró a garrotazos porque un día uno de estos le hizo tropezar; posteriormente, interpretó “no volverás a verme”. También hubo un momento en el que la tómbola marcaría el género musical que interpretarían, iniciando con la creación de la señora Angélica María: Su balada ranchera que tantos éxitos musicales le dio.
Un punto de cambio en la línea de conducción del evento fue cuando la Vale salió imitando a Alicia Villarreal, con lo que se esperaba que durante todo el espectáculo fuese así de variado, pero una vez más sorprendían con la dinámica que llevaron. “La consentida de mi profesor”, fue uno de los temas tan conocidos y esperados por el público, pero que bien supieron afrontar y cambiar para generar diversión y muchas risas, cuando Angélica María salió imitando a Julissa y su peculiar manera de cantar, para luego reventar el escenario con “Tomás”, donde Vale bromeó diciéndole que no le salió bien la voz de Cepillín.
Vale después imitó a Yuri y, cuando todo era fiesta, risas y canciones, se dieron un tiempo sensible y romántico en que recordaron a la mamá de Angélica María y a su finado esposo Raúl Vale, con quien además cantaron a trío, usando una grabación. Todo esto pasaba de manera continua, sin silencios, ni espacios muertos, en una presentación preparada e inteligentemente escrita para hacer del escenario del Auditorio Nacional un espacio teatral y una caja de sorpresas que tardaba todavía mucho en terminar.
El primer invitado en acompañarlas fue Raúl Ornelas, quien cantó con Angélica Vale una composición de ambos. Después el momento especial llegó con Angélica María y su éxito “Edi Edi”, donde todo se convirtió en un momento familiar, que resaltó los valores, la educación y sensibilidad de Las Angélicas, al momento de invitar a subir al escenario a Lucero y Lucero Mijares quienes estaban disfrutando del espectáculo en las butacas. Fue aquí que Angélica Masiel, la hija de Angélica Vale, recibió su parada de la suerte de parte de Lucerito Mijares con quien tuvo la oportunidad de cantar “Fiesta de Amor”, tema que fuera éxito de su mamá varias décadas atrás.
“La fea más bella” termino de reventar el éxtasis del público con la llegada de Jaime Camil y el tema de la telenovela. Pero el clímax del espectáculo lo desarrolló Angélica Vale con un espacio de imitaciones continuas en donde tenía pocos segundos para caracterizarse y continuar con sus imitaciones, momento que le valió aplausos de pie por más de un minuto, reconociendo el tremendo talento y excelso profesionalismo que mostró en esta sección y durante todo el espectáculo, con dominio escénico y perfecta afinación que la vuelven ya una artista de alto calibre.
“Cuidadito”, cantaba Angélica María imitando un poquito a María Victoria, para después entonar el tema romántico “A donde va nuestro amor”, en donde derramó unas lágrimas por no poder cantar bien a causa de su malestar en la garganta; desde luego, el público le reconoció su talento y profesionalismo ganándose una tanda de aplausos de pie.